Friday, February 17, 2012

Un Testimonio

Un testimonio de bienestar con el trabajo de Patricia Garcia.

En varias ocasiones he tenido el gran privilegio de confrontar y resolver varios dilemas de indole espiritual y de relaciones con Patricia Garcia. En cada sesión ella pacientemente y sabiamente me ha ayudado a entender mejor la causa de mis problemas y consecuentemente me ha ayudado a resolver mis muchas dificultades. Es verdaderamente increible lo efectivo que es su trabajo, especialmente cuando ella, la mayor parte del tiempo se mantiene en silencio. Ella es una persona que realmente sabe escuchar y es verdaderamente intuitiva.
Estoy por siempre agradecida a Patricia, por tomarse el tiempo para ayudarme a solucionar mis conflictos personales. No solamente su trabjo es efectivo e iluminador, sino que tambien en este proceso he ganado una amiga de por vida.

A todos aquellos que les gustaría solicitar una guía espiritual o personal con Patricia, yo atestiguo sin lugar a dudas que su trabajo es excepcional. La principal razón de su eficacia y de su éxito es que ella posee una verdadera compasión y un entendimiento profundo de la naturaleza humana….. cualidades y habilidades que en cualquier cultura o país son difíciles de encontrar. Por estas razones, si te encuentras en la necesidad de pedir y buscar  ayuda, no dudes en hacer una cita con Patricia Garcia. En mi opinión y experiencia personal, Patricia Garcia es nada menos que un ángel en la tierra!

Sinceramente,

Gladys Wesley-Kennedy   

Sunday, February 12, 2012

Nací Rica

NACI RICA

Desde que tengo uso de razón he sentido que soy rica, por esa razón todas las noches las terminaba con una oración de gracias. Por eso cuando llegamos a este país (Estados Unidos) me alegré enormemente que aquí hubiese un día específico para dar GRACIAS y desde entonces; “Thanksgiving” o  "Día de Acción de Gracias", siempre ha sido mi festivo favorito.
Siendo muy pequeña, sentía la necesidad y un deseo profundo de dar gracias por los padres que tenía. Me siento afortunada.
Para ellos, tengo un amor incondicional. Ellos me dieron a mi tierna edad lo que yo necesitaba: Amor. De ellos aprendí  muchas cosas: Algunas podríamos llamarlas buenas y otras no tan buenas. A través de ellos empecé a percibir el gran amor que Dios me da a cada momento.

Hace muchas años que llegamos a éste país y al poco tiempo de radicarnos aquí mis hermanos menores me decían a veces : “Y nosotros que pensábamos que éramos ricos". No sé que les haría pensar que llegando a los Estados Unidos dejaron de serlo.
Yo siempre me he sentido rica. Por esa razón lo soy. Protegida por un amor tan grande que de sólo pensar en él los ojos se me humedecen. Vivo agradecida. Soy una persona rica y agradecida. Nunca he tenido necesidades gracias a Dios.
La riqueza y la pobreza son una percepción de nuestra mente. Entre el necesitar y el querer hay una brecha  bien larga y muchas vidas se arruinan buscando solamente el querer, no sabiendo que si las necesidades básicas están cubiertas, ya somos ricos.
El querer más de lo que necesito me hace una persona infeliz y por lo tanto desagradecida. He tenido la experiencia de obtener algo que deseaba y quería pero que no era una necesidad básica y después de un tiempo he encontrado algo que  me gusta aún mucho más de lo que ya tenía. 
 Así que, si sigo mis impulsos insaciables nunca  terminaré de llenar mi vida de cosas  que nunca me satisfarán totalmente. Ese efecto de bienestar que me proporciona adquirir cosas durará unas cuantas horas, días, o meses, pero no es algo que podamos decir que nos deje llenos y satisfechos para siempre. Más adelante ese vacío interno nos llevará a tratar de llenarlo otra vez con algo diferente y siempre serán cosas.
Qué razón tenía el que dijo que  “Las cosas más importantes en la vida no son cosas”.

Tengo dentro de mí lo justo para ser feliz y vivir en paz. Los "quiero, quiero, quiero" muchas veces me apartan de mi verdadero camino, ahí donde se encuentra la paz interior, esa paz que no se puede comprar con ningún dinero del mundo. Mi riqueza no se ve, se siente.
Soy hija de un padre rico. Estoy agradecida con lo que tengo y si en cualquier momento necesito algo me llega. Eso nunca me ha fallado y puedo decir que de vez en cuando me llegan "regalitos" inesperados.

Siento dentro de mí que ese dicho "Deseo poco y lo que deseo lo deseo poco", es mío.
Yo soy rica y me iré más rica cuando mi curso termine, pues mi riqueza la encuentro adentro y regresará  conmigo aumentada a la Fuente de donde vinimos. Cuántas personas pueden decir lo mismo? Se llevarán su riqueza al otro lado de la vida?.  No he visto el primero que muera y sus riquezas materiales se vayan con el. Nos podemos enterrar con ellas pero eso sólo significa que esas cosas ya no las disfrutarán ni ellos, ni nadie. A veces pareciera que estuviéramos jugando a “el que más juguetes o cosas materiales acumule gana”. Y sí, es cierto : Gana stress, gana enfermedades nerviosas, gana envejecimiento prematuro y llega primero a la tumba”.
Si estoy aburrida, infeliz, deprimida, sola o triste; nada que yo compre me hará sentir mejor. Un vacío interno jamás lo llenará algo ni alguien externo a mí misma. Busca por dentro el motivo de tu vacío. Encontrarás que no estás solo y que Dios cubre todo y en realidad no necesitas nada.

Mis ojos están siempre atentos a la belleza que me pueda presentar la naturaleza  que me rodea. Esos valles en los que nací, las montañas tan altas en las que me crié, el mar azul verde- marino,  las playas de arena blanca, lugares que he conocido, que siento que soy de ahí; que no son nada extraños, ni la gente extranjera. Tampoco me siento extranjera. Las flores y sus bellos colores que la mano humana no ha podido reproducir, el arco iris y su belleza tan sobria, tan mágica. Los seres humanos que he conocido todos tan diferentes entre sí, en colores, formas, tamaños y maneras de vivir.
El  amanecer con su encanto, el día con sus azules y grises, sus nubes, el atardecer y sus tonos  naranja, violeta. De noche la oscuridad, la luna y sus fases, que me dan tiempo para el descanso y reponerme de la actividad diaria.
Pero tampoco me aferro a eso ya que todo en este mundo es pasajero, cambia, se transforma, un dia es y al otro puede no serlo. La cuestión es disfrutar del presente de lo que la vida me pone en enfrente sin aferrarme a nada. Eso me dá paz ya que mi felicidad interna no depende de lo que está pasando afuera, sino de lo que llevo dentro de mí.

Disfruto enormemente del sentido del oír.
La música para mí es una de las formas en la que el hombre se comunica con Dios de una manera más sincera, más clara, desde adentro.
Los truenos, la lluvia; son un regalo sin igual. El sonido del viento, los árboles cantando su canción para el que quiera oírlos, pueden ser un  verdadero regalo.

El tacto. El roce de la piel de un bebé o de un animal, el contacto con la hierba, con el agua fresca o el sentir el calor de una mano amiga  o de un abrazo amoroso, incondicional.

El gusto, los diferentes sabores (recordemos que cuando éramos niños ésta era  una  de las maneras en la que nos relacionábamos con el mundo que nos rodeaba).

La voz con la que expresamos nuestro amor, nuestro más hondo sentir. Con ella puedo cantar, orar, perdonar o pedir perdón, felicitar, animar y sobre todo, usarla  para transmitir Amor.

¿Cuánto estaríamos dispuestos a pagar por el aire, el sol, la salud, el viento, las montañas, el mar, la vida?. Todo eso es gratis.
Por eso vivo agradecida!

SIENTE  QUE TODO ES TUYO. NADA ES DE NADIE PORQUE TODO ESTABA AQUÍ ANTES DE QUE TU LLEGARAS Y SEGUIRA AQUÍ AUN  DESPUES DE QUE TE HAYAS MARCHADO.

Con mucho Amor,

Patricia Elena Garcia.

La vista, el olfato, el oído, el tacto, el sabor; son algunos de los regalos que  podemos disfrutar sin tener que pagar por ellos. Mi corazón siente y se abre cada  vez que veo en los ojos de mi  hermano que somos uno y que Dios nos creó iguales.

No permitas que la sociedad  te haga  olvidar que eres rico y te tornes desagradecido.

Monday, February 6, 2012

El Fanatismo

EL FANATISMO

Como seres humanos, al llegar al mundo deseamos pertenecer. Primero, queremos sentirnos amados y protegidos por nuestro núcleo familiar. Al llegar a la juventud queremos ser parte de un  grupo de amigos. Al ser mayores queremos pertenecer a un club, tener un título profesional, trabajar en ciertos círculos, comprar cierta ropa, frecuentar lugares interesantes. Y así vamos por la vida, procurando ser aceptados en los diferentes grupos en los que los seres humanos nos vamos dividiendo,  agrupando y separando.

Cuando en nuestra búsqueda por pertenecer encontramos a alguien que se ha formado como líder o cabeza de un grupo hacia el que nos sentimos atraídos, el líder se convierte en una especie de "dios", con características fantásticas e irreales que creamos en nuestra mente y que nos hace sentir que estamos en buena compañía, pues es la persona en la que hemos depositado nuestra fé y nuestra razón de pertenecer a un grupo “selecto”.
Le seguimos acompañados de un grupo de personas  que se encuentran en las mismas circunstancias que yo: Queremos pertenecer, ser parte de ése núcleo especial y exclusivo.

Muchas veces el mensaje de este líder se convierte en un arrullo que nos mantiene sumidos en el sopor de la inactividad de la ignorancia.
Inactividad, porque las características dadas al objeto de nuestra adulación sólo se las vemos a él y no nos atrevemos nisiquiera a pensar que esas caracteristicas podemos desarrollarlas en nosotros mismos y hacerlas más reales, más factibles, más nuestras.
Ignorancia, porque al seguir ciegamente a otro no nos damos cuenta del gran potencial que  hay dentro de nosotros mismos para crecer, para encontrar por nosotros mismos la fuerza que me llevará a convertirme en un ser que experimenta su propia guía, que soy un ser  pensante, que estoy consciente, que puedo realizadar cambios positivos en mi interior, que estoy despierto y sobre todo que soy LIBRE. 
Libre hasta del ser al que le doy mi libertad, muchas veces sin que me lo pida.

Ese líder al que seguimos es la persona que podemos llegar a ser, pero requiere de nosotros voluntad y disciplina. Es por eso que  preferimos muchas veces, sino en la mayoria de los casos; dejar a "nuestro líder" en su puesto: Mientras yo le sigo de lejos, no me hago responsable del mensaje. El mensaje se pierde en versos aprendidos, muchas veces monótonos que repito siempre que tengo la oportunidad. Me los aprendo de memoria porque se oyen muy bonitos y mucha gente los repite igual que yo, y en ciertas circunstancias de la vida dejan un buen mensaje, una buena impresión.
Surge entonces esa figura del mensajero que vivió o vive su mensaje, al que yo sigo, admiro o idolatro y que muchas veces no emulo.

Repito inconscientemente que puedo realizar lo que "mi líder" hace o hizo en vida. Pero se queda todo en meras palabras,  monótonas, sin acción.

El fanatismo no requiere de mí que yo abra mi mente, que escuche mi voz interna; el fanatismo no me permite dejar atrás los versos aprendidos que sólo ocupan espacio en mi mente, y  que no me sirven de nada mientras estén inactivos y no los ponga en práctica. No me permite cuestionar enseñanzas que muchas veces se contradicen y que no me dan paz duradera y que mas bien me separan de mis hermanos sólo por el hecho de que ellos no creen como yo, o no siguen el líder que yo sigo. Por eso se convierten en mis enemigos o personas no gratas.

Si queremos dejar de ser fanáticos, tendremos que tumbar el piso en el que hemos estado parados por mucho tiempo y comenzar de cero.
Muchas veces en nuestra ceguera llegamos a pensar que sólo los que creen como yo alcanzaremos la "salvación"; que sólo un determinado número llegará a la meta.
Creemos ciegamente que si aquel grupo de personas no creen como nosotros, hay que hacerles la guerra; desterrarlos y hasta eliminarlos. Aquellos que no se unen a mi organización y creencias están "perdidos" y recibirán castigo eterno y mientras ese castigo llegue, les declararemos la guerra y la llamaremos quiza “una guerra santa”. Las muertes del bando contrario estan totalmente justificadas, pero los muertos del lado nuestro  merecen venganza y fuego eterno.  En esto, por nuestra ceguera podemos incluir miembros de nuestra propia familia. Nadie se salva de esta ira “divina”.

En el momento en que mis creencias me separen  del resto de los seres humanos que no comparten mis creencias; es el momento preciso para evaluar muy seriamente y con la cabeza fria, aquello que creo es "mi" verdad, ya que ninguna creencia, por muy buena que sea; debería separar sino unir.

Los Seres Humanos siempre estamos deseando ser parte de algo o de alguien pasando por alto que ya pertenecemos a un grupo, y si no nos separáramos, aceptando nuestro lugar y  dándole su lugar a cada uno dentro del conjunto, haríamos de éste grupo de Seres Humanos algo maravilloso.
Ya no existirían las ideas separatistas como por ejemplo: "Tú eres blanco yo negro, tú eres de aquel país yo de éste, tú pobre yo rico, tú intelectual yo ignorante, tú rezas, yo medito, creo en Jesús tú en Buda, creo lo que dice la Biblia tú lo que dice el Corán,  aceptas lo que dice el pastor o sacerdote, yo lo que me dice mi Ser".

Me pongo a pensar cómo cambiaría nuestra vida si dejáramos atrás los conceptos que tenemos tan arraigados en nuestra mente y que conforman lo que pensamos que son “nuestras creencias”.

Al principio sentiré un gran vacío, pues la base que sustentaba lo que yo creía que era mi razón de ser, ya no está. Pero ante mí se abrirán poco a poco muchas puertas y mi vida comenzará a florecer, empezaré a ver cambios verdaderos, maravillosos; pues serán el fruto de mi propio sentir, de mi propio Ser y por lo tanto es el camino que me llevará a encontrarme conmigo misma, y eventualmente con Dios.

Tambien me sentiré más liviana, el peso de la culpa se alejará y no me sentiré pecadora, ni culpable. Qué bella sensación esa de saber que Dios/La Creación me ama sin condiciones y no solamente a mí sino tambien a todos aquellos que no creen como yo. Nos ama a TODOS por igual, sin exepción. Qué concepto más simple, pero a la vez qué PODEROSO.
No podemos en nuestra mente limitada pensar que somos aceptados tal y como somos. Pensamos que tenemos que pagar o sufrir o sacrificarnos de alguna manera por el Amor que Dios nos da gratis, sin esperar ninguna clase de sacrificio.
El Amor de Dios es incondicional,  verdadero.
Si no lo vemos así, es porque de alguna forma hemos contaminado, manipulado, e interpretado la verdad del Amor que Dios tiene por sus hijos, por TODOS SUS HIJOS.

Al liberame de mi fanatismo tal vez sienta el deseo de compartir con los que me rodean la Luz que me ha llegado, pero tendré cuidado de no interrumpir el camino de nadie; dejando que mi vida sea la que hable por mí.
Ya no sentiré el deseo de recitar versos aprendidos y  monótonos ni de llevar conmigo mucha gente al lado, pues sabré que el camino que recorro me lleva más cerca de mi fuente e inevitablemente tarde o temprano los que me rodean encontrarán su camino tambien.

Ya no le daré ciegamente mi libertad a nadie. Si decido seguir a alguien, unirme en un trabajo espiritual u otro tipo de tarea, mantendré la libertad de seguir mi voz interna siempre a cada paso del camino.  
El Creador puso la verdad donde nadie la puede contaminar:  Dentro de cada uno de sus hijos.


Con mucho Amor,

Patricia Elena Garcia.




El fanatismo comienza  a derrumbarse cuando doy cabida en mi corazón a todos los Hijos de Dios, sin importar en lo que crean o en lo que yo crea de ellos.