La Libertad
La libertad es un concepto que muy pocos seres humanos han podido experimentar. Están los que se “creen” libres y viven en países que se proclaman ser los defensores de la libertad. Pero viéndolo bien de cerca somos más esclavos que aquellos que nunca han conocido esta extraña forma de libertad.
En nombre de la libertad nos encadenamos a una rutina díaria casi penitenciaria para conseguir cosas que después nos esclavizan porque hay que mantenarlas en perfecto estado o para que funcionen bien, y despúes hay que cuidarlas para que no se las roben.
Una casa, un carro, joyas, ropa, cosas y más cosas que en vez de darnos libertad nos encadenan a ellas mentalmente y nos roban la paz.
Unida a estas cosas viene la competencia; mis cosas son mejores que las de los demás. También tenemos el extraño concepto que si tenemos más que los demás somos mejores personas. Más es mejor.
Pero algunos podemos decir que no tenemos nada, por lo tanto somos libres. Pero tal vez tenemos vicios y rutinas con las cuales no podemos funcionar bien diariamente si no las hacemos. Nuestra(s) taza diaria de café, para poder despertarnos, nuestras comidas favoritas, y hasta la idea de dietas saludables para alargar la vida de esclavitud que llevamos. El cigarrillo y las drogas que calman toda clase de sufrimientos y enfermizas condiciones humanas.
Otros nos encadenamos a relaciones tóxicas que nos agobian y nos atan a una vida de dolor y de zozobra.
Pasamos de una relación a otra buscando lo que no hemos encontrado dentro de nosotros mismos.
Otros sufrimos cadenas mentales, estamos encarcelados en la celda del dolor, del resentimiento, del odio, del miedo, de la intolerancia o simplemente somos adictos al sexo.
¿Entonces quien puede decir que es realmente libre?
Arrastramos cadenas disfrazadas de miles caretas, puedo decir que mis caretas son más bonitas que las de los otros, puedo tener argumentos más fuertes que las de los otros, puedo decir que mis cadenas son menos pesadas que las de los demás, y podemos tener argumentos casi sagrados para lucir nuestras cadenas.
Pero al final del día, que son? CADENAS
Creemos en la ilusión que los que están privados de la libertad son aquelos que están tras las rejas.
Y nuestras rejas?? Podemos estar al aire libre, y recibir la luz del sol. Pero en nuestras mentes y en nuestras vidas hay muros más altos que esas que puedes encontrar en cárceles de máxima seguridad. Tenemos condenas impuestas por nosotros mismos y lo más risible es que cuando las hemos cumplido nos imponemos más.
Cuando pague el carro, cuando pague la casa, cuando me gradúe, cuando me case, cuando me divorcie, cuando me gane la lotería, cuando me retire, cuando sea abuelo, cuando pague mis deudas, cuando los demócratas sean mayoría en el senado, cuando mi familia piense como yo, cuando salga de la cárcel. Cuando, cuando, cuando, cuando.
Cadenas perpetuas. Somos los peores jueces que pudimos encontrar para que nos impusiera la sentencia.
Que te ata? Que te ahoga? Que te preocupa? Que te duele? Que te agobia? Que hace que algunas veces te falte el aire y sientas que se te oprime el pecho?
Dios nos creó libres. Nosotros solitos nos metimos en nuestra propia celda con nuestro mal llamado “Libre Albedrío”.
Nos hemos encadenado, nos hemos dividido, nos hemos clasificado por razas, por credos, por nacionalidades, por rangos sociales y por miles de rótulos y de barreras sin fín. Son ellos contra nosotros.
Nos ponemos metas que no nos dan libertad.
Ni siquiera en el camino espiritual somos libres, ya que nos imponemos reglas, mandamientos, y preceptos que en vez de darnos luz nos oscurecen el pensamiento. Porque tenemos la absurda idea que nuestro camino espiritual es mejor que el de los demás, o que nuestro camino es más cierto que el de los demás. Y hasta creemos que somos los “escogidos” de un dios más humano que los mismos humanos.
Nos atamos, nos fanatizamos y los muros se levantan cada vez más altos y más absurdos.
Para poder experimentar la verdadera Libertad, tenemos que dejar las ideas preconcebidas sobre TODO lo que se refiere a nuestra vida, porque lo que hemos experimentado no nos ha dado Libertad, ni Paz! Entreguémonos a Dios que es el único que sabe qué es la verdadera libertad, porque El es Libre, El es Amor y nos creó de la misma manera.
Aunque en éstos momentos nos encontremos tras las rejas podemos experimentar la libertad ya que la libertad es una condición imnata del Espíritu. La Libertad nunca la encontraremos en el plano físico, pero si la podemos experimentar en lo físico.
Liberémos nuestras cadenas, abramos la puerta de la cárcel mental en la que nos hemos metido y VOLEMOS, SEAMOS REALMENTE LIBRES!
Pongámos nuestra mente en las manos del Espíritu Santo, o en lo que creamos que es más grande que nosotros, no nos limitémos en eso y llamemos a nuestros ángeles, a nuestros guías, a nuestro Dios, para que ellos nos limpien, nos sanen, nos hagan una revisión total y podamos lograr experimentar la verdadera libertad, sin importar el lugar en el que nos encontremos.
Pueden llamarnos esclavos, y podemos tener un amo, pero podemos sentirnos libres, ya que a la mente y a el espíritu sólo los encadenamos nosotros mismos.
Con Amor,
Somos libres la puerta está abierta, pero hemos puesto el candado y hemos olvidado donde pusimos las llaves.
Patricia Elena García
8/14/2010
¡Hola! Pasé a visitarte y a dejarte mis bendiciones para que este año sigas irradiando y compartiendo tu Ser.
ReplyDeleteLuz, Amor y Vida te envuelvan YA !
Gracias Irecarmi22. Que bellos deseos que se multiplican y regresan a tí. :)
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